“A MIS HIJOS”
Cuando en las horas de tristeza y duelo
el hombre mira el porvenir oscuro
debe elevar su corazón al cielo
en éxtasis de amor, silencio puro.
El ser supremo, única esperanza,
a nuestro ruego nunca mudo,
esta vida es un mar, mar sin bonanza,
por eso a Dios en mi tristeza acudo.
Engaño y falsedad hay en el mundo,
sólo en el cielo se halla la verdad,
por eso todo nuestro amor profundo
debe ser por aquel que hay más allá.
Cuando en las horas de tristeza y duelo
el hombre mira el porvenir oscuro
debe elevar su corazón al cielo
en éxtasis de amor, silencio puro.
El ser supremo, única esperanza,
a nuestro ruego nunca mudo,
esta vida es un mar, mar sin bonanza,
por eso a Dios en mi tristeza acudo.
Engaño y falsedad hay en el mundo,
sólo en el cielo se halla la verdad,
por eso todo nuestro amor profundo
debe ser por aquel que hay más allá.
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